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¿Quiénes son los rebeldes?, por Jon Lee Anderson

Jon Lee Anderson describe a los rebeldes y las incertidumbres que plantean hacia el futuro de Libia.

Por Jon Lee Anderson | 29 de marzo, 2011

Tres de los ejércitos más grandes del mundo han acordado apoyar a un grupo de personas en las ciudades costeras y pueblos de Libia, conocidos vagamente como «los rebeldes». El último mes, Muammar Gadafi, que combina un fantasmagórico sentido de la realidad con una ilimitada capacidad de sembrar terror, apareció en televisión para decir que los rebeldes eran extremistas de Al Qaeda, infectados por alucinógenos que tomaron en su leche y Nescafé. El presidente Obama, que se debate entre la urgencia de rescatar a los inocentes de la masacre y al mismo tiempo de no caer en una guerra prolongada, describió a los rebeldes de una forma diferente: «Gente que está buscando una mejor calidad de vida».

Durante estas semanas que he estado reportando en Bengasi en un caótico y movedizo frente de guerra, he pasado gran cantidad de tiempo con estos voluntarios. El lado más fuerte de los combatientes ha sido el shabbab —jóvenes cuyas protestas a mediados de Febrero desataron la insurrección—. Sus miembros abarcan desde matones callejeros a estudiantes universitarios (muchos de ellos en computación, ingeniería o medicina),  y se les unieron hombres adultos; comerciantes, mecánicos y tenderos desempleados.  También entre ellos hay un grupo de trabajadores de empresas extranjeras: ingenieros petroleros, marítimos, de construcción, supervisores y traductores. Hay  ex soldados, que llevan pintadas la culata de sus armas de rojo, verde y negro —los ubicuos colores de la bandera libia pre-Gadafi.

Por otra parte hay unos cuantos religiosos, más disciplinados que los otros, que muestran la intención de pelear a la cabeza del frente de batalla. Parece improbable que ellos representen a Al Qaeda. Vi en el frente, en Ras Lanuf como se organizaron rezos y oraciones, pero la mayoría de los combatientes no asistió. Un rebelde con ansias de futuro, en Brega, reconoció ser un jihadi —un veterano de la guerra de Irak— pero dijo que aprobaba la acción de los Estados Unidos de involucrarse en Libia, porque Gadafi era un kafir, un infiel.

Fuera de Ajdabiya, un hombre llamado Ibrahim, uno de los muchos emigrados que volvieron, dijo: «Los libios siempre han sido musulmanes. Buenos musulmanes». Aquí la gente se considera decente y atenta. Un poco parroquiales, a la antigua, pero no islamistas radicales. Ibrahim tiene cincuenta y siete años. Vive en Chicago y entregó su taller de reparación y lavado de autos a un amigo para poder venir a pelear. Él ha hecho su vida en los Estados Unidos, dijo, pero es su deber como libio, ayudar a deshacerse de Gadafi «el monstruo».

En el último mes, hombres como Ibrahim se han lanzado al combate, impulsados por la rebeldía y la desobediencia, pero son apenas capaces de empuñar las armas. Para muchos de ellos, el combate consiste mayormente en una actuación —bailando, cantando y disparando al aire— y en correr alrededor de improvisadas camionetas de combate. El ritual continúa hasta que son ahuyentados por las municiones del ejército oficial. En los primeros días de contraataque de Gadafi, los jóvenes combatientes se sentían indignados porque el enemigo les disparaba con armas de verdad. Cientos murieron.

La realidad del combate ha asustado a los rebeldes, pero también ha fortalecido la determinación de aquellos que han perdido amigos o hermanos. Fuera de Ajdabiya, conocí a Muhammad Saleh, un joven mecánico armado sólo con una bayoneta. Una o dos horas antes, había visto morir a su hermano menor. Pocos días después, me dijo que  planeaba comprar armas en el mercado negro, y con un grupo de diez amigos, volver al campo de batalla. Con entrenamiento profesional y liderazgo (presumiblemente del extranjero), los rebeldes lograrán convertirse en un verdadero ejército. Por ahora cuentan con quizás mil soldados entrenados, y se encuentran dramáticamente rebasados. La semana pasada un ex oficial militar me dijo: «No hay ejército, sencillamente somos nosotros. Unos cuantos voluntarios como yo, y el shabbab».

Grandes preguntas quedan sin contestar sobres los líderes de la rebelión: ¿Quiénes son? ¿Cuáles son sus idea políticas? ¿Qué harán si Gadafi cae? En la corte en Bengasi, la sede de facto de la revolución libia, un grupo de abogados, doctores y otros profesionales ha nombrado una mezcolanza como «líderes del consejo». Hay un consejo de la ciudad de Bengasi, y un consejo nacional provisional, liderado por un blando y aparentemente honesto ex ministro de justicia, Mustafá Abdel Jalil, que pasa su tiempo en Bayda, a ciento veinticinco millas. Otras ciudades tienen sus propios consejos. Sus miembros son intelectuales, ex disidentes y hombres de negocios, muchos de ellos de distinguidas familias antes de que Gadafi llegara al poder. Pero no están organizados. Nadie se explica cómo el Consejo de Bengasi trabaja con el Consejo Nacional. La semana pasada, otra sombra del gobierno, el Consejo de Manejo de Crisis, fue anunciado en Bengasi. No estaba claro si un antiguo planificador experto del gobierno llamado Mahmoud Hibril, estaría coordinando con Jalil, o si lo estaría suplantando.

Reina la confusión: hay dos jefes militares compitiendo. Uno es el general Abdel Fateh Younis. Era el ministro de interiores y comandante de las tropas especiales de Libia bajo el mando de Gadafi hasta que «desertara» al lado rebelde. Younis ha estado públicamente ausente. El shabbab y varios consejos desconfían de él. El otro jefe, el coronel Khalifa Heftir, es un héroe de la guerra libia con Chad en los ochenta. Luego se volvió contra Gadafi y hasta hace poco, estaba exiliado en Estados Unidos. A diferencia de Younis, él despierta admiración en toda Bengasi, pero también se ha mantenido fuera, en un campamento secreto donde está preparando tropas élite para la batalla.

Mustafa Gheriani, hombre de negocios y vocero rebelde, reconoció la ineficiencia de los consejos revolucionarios y me instó a no creer en las acusaciones de Gadafi de extremismo. «Las personas aquí están mirando a Occidente, no a alguna forma de socialismo u otro sistema extremo. Eso es lo que teníamos antes aquí», dijo. «Pero si son defraudados por occidente, serán presa fácil para los extremistas».

Antes de que las tropas de Gadafi llegaran a Bengasi, había un gran fanfarroneo revolucionario. Los libios estaban unidos por su odio al hombre fuerte. Decían los rebeldes, que si el ejército trataba de tomar la ciudad, ellos se pondrían de pie y pelearían. Pero cuando las primeras columnas de soldados llegaron, varios miles de bengasinos —incluyendo a algunos de los miembros del consejo— huyeron hacia el este. De esos que se quedaron a pelear, más de treinta murieron, y la resistencia se salvó por la llegada de los aviones de guerra franceses. Desde entonces, la retórica sobre la unidad ha integrado insinuaciones sobre los leales a Gadafi, estampadas por quienes han sido perseguidos, detenidos y, en algunos casos, violentamente.

Gheriani trató de asegurarme que el nuevo estado no sería conducido por una turba o por extremistas religiosos, sino por «intelectuales educados en occidente», como él. Si se trata de un deseo, del cual se ha hablado mucho aquí en las últimas semanas, es un enigma. Después de cuarenta y dos años de Muammar Gadafi —su crueldad, sus presunciones megalómanas de liderazgo en África y el mundo árabe— los libios no saben cómo es su país, mucho menos qué será.

A pesar de todo, algunas cosas están claras en Bengasi: un influyente hombre de negocios, Sami Bubtaina expresó un sentimiento común: «Queremos democracia. Queremos buenas escuelas, queremos libertad de expresión, darle fin a la corrupción, un sector privado que pueda ayudar a construir esta nación, y un parlamento para deshacerse de quien sea, cuando lo queramos». Estas son honorables demandas. Pero esperar que sean alcanzadas fácilmente, sería negar el precio de décadas de demencia, terror, y de la eliminación deliberada de una sociedad civil.

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Traducción: Diego Marcano Arciniegas

Jon Lee Anderson 

Comentarios (15)

Alfredo Ascanio
29 de marzo, 2011

Son muy buenos deseos,pero será muy complejo lograr lo que ha sido destruído por Gadafi. Los primero es que renuncie al poder y se exile ( a donde.no tengo idea) y después formar una Junta Cívico Militar de Gobierno mientras se hacen elecciones democráticas,pero con toque de queda incluido.

Marisela Ascanio
29 de marzo, 2011

Lo que mas me impresionado de este análisis, y será por lo que vivimos en mi país Venezuela, es cuando comentas esa destrucción de la sociedad civil. Por cierto muchos venezolanos sentimos vergüenza de la posición de nuestro gobierno frente al caso Libia y su “amigo” Gadafi

Aquiles Castro
29 de marzo, 2011

Es decir, son monárquicos los “rebeldes”.

Cuando escribe: “Sus miembros son intelectuales, ex disidentes y hombres de negocios, muchos de ellos de distinguidas familias antes de que Gadafi llegara al poder”.

¿Distingidas familias? Anderson como que sólo ve lo que quiere ver y esconde muchas cosas con el lenguaje.

Pero antes había escrito: “Tres de los ejércitos más grandes del mundo han acordado apoyar a un grupo de personas en las ciudades costeras y pueblos de Libia, conocidos vagamente como «los rebeldes».”

¿Ejércitos más grandes del mundo? Se referirá a los de EEUU, país imperial, Gran Bretaña y Francia, países colonialistas todos ellos.

¿Por qué será que no los nombra?

Daniel
29 de marzo, 2011

Amigo Castro, Este es un trabajo de análisis, después semanas dentro de Libia, enviando despachos, Jon Lee Anderson dibuja un universo bastante amplio sobre las personas que conforman a los rebeldes. Le sugiero que repare en el segundo párrafo, pues no es Anderson quien ve lo que quiere ver.

En relación a su queja sobre la omisión de la procedencia de los ejércitos de la coalición es porque es obvio. En cualquier noticiero, ya sea un medio audiovisual o impreso, encontrara esa clase de información. Este es un trabajo muy serio que implica un esfuerzo enorme. Lo menos que podemos hacer es valorarlo. Buenas noches.

Castro Out
29 de marzo, 2011

De todo lo que esta escrito, el claramente “socialista del siglo XXI” Aquiles Castro, solo leyo y leyo mal “monarquicos rebeldes” jajaja no se puede por mas que se intente defender a un dictador como Gadafi con la suficiente sangre fria de bombardear a su propia población, la LIBERTAD CUESTA y los rebeldes libios estan pagando el precio maximo SU VIDA

fabricio
29 de marzo, 2011

Excelente sitio. Llegué aquí siguiendo una entrevista a Chomsky. Me extraña la diferencia de tiempo y de acción de las respuestas de los países centrales frente al caso libio en comparación con el egipcio. ¿Es mas dictador Gadafi que lo que fue Mubarak? Ambas dictaduras fueron y son cruentas para los pueblos. La diferencia es que el gobierno dictatorial egipcio era un importante eslabón en la alianza regional con EEUU, mientras que Gadafi fue un enemigo de Occidente, primero, hasta que los intereses petroleros lo convirtieron en un amigo por conveniencia. La “mejor calidad de vida” es un derecho que deben tener los pueblos. Pero es una excusa para la intervención militar, parcial por ahora.

Por otro lado, no creo que la sociedad civil venezolana esté destruida. La gente participa en las elecciones, los medios de comunicación son en su mayoría opositores, la oposición ha conseguido una parte importante de la Asamblea Nacional luego de decidir participar de las elecciones de la que ella misma se había excluido (llamando a la impugnación sin obtener resultados positivos). Y a no olvidarse de la resistencia del pueblo al golpe de estado sufrido. Vívidas señales de la sociedad civil venezolana.

andrés boersner
29 de marzo, 2011

El periodista no nombra lo que no hace falta nombrar. Se sabe cuales son las potencias imperialistas que comandan las acciones. No le veo especial voluntad de monarquía a los rebeldes. Esta idea pareciera más del lado de quien se adueñó del país durante 42 años. Lo que hay es un despelote muy grave (una revuelta sin líderes ni organización ni fuerza profesional) y eso se refleja en los resultados y creo que en las crónicas de Jon Lee Anderson. Jon habla no sólo de distinguidas familias sino de matones, estudiantes, profesionales medios, intelectuales etc. No veo suspicacias ni ocultamientos. Más se aprecian en los que publican bajo seudónimo. Le agradezco al cronista que haya tratado de responder una pregunta que sigue en el aire con respecto a la naturaleza de los opositores y las diferencias que pudieran tener frente al dictador libio. Que las dudas persistan creo que está en la mente de todos.

Luis
30 de marzo, 2011

Ser amigo del déspota de Libia no es o será ninguna carta de recomendación a nivel universal. Por éso, lo que se diga ahora sin pensar, puede revertirse luego por inconveniente, desconsiderado y contradictorio. Me refiero, específicamente, al caso de Venezuela y , la amistad declarada y, casi incondicional con el Gadafi

Aquiles Castro
30 de marzo, 2011

Está bien, me reducen a que soy amigo del déspota y asesino de Gadafi y que soy socialista del siglo XXI.

Entonces, ¿qué son todos ustedes? Amigos de colonialistas, invasores y asesinos, ¿eso son? ¿Proimperialistas del siglo XX o del siglo XIX?

Ustedes que se dicen muy críticos, no aceptan ni una crítica en su ojo. Vaya, qué pluralidad, qué diversidad.

sansoni2020
30 de marzo, 2011

Ningún gobernante en el mundo debe perpetuarse en el poder y mucho menos en estos tiempos de tanto dinamismo emergente de ideas progresistas. El pueblo libio, insigne representante del universo teológico de Alá y de Mahoma, en su gran mayoría de adeptos, es un ejemplo de la urgente necesidad de cambios en la aldea global, de nuevas formas de idealizar conceptos lógicos de la realidad visceral del cada día. Esos deseos de cambios, más que estructurales desde el punto de vista del criterio de creencias religiosas, se ven reflejados por las oleadas de “reacción en cadena” en el ámbito musulmán. El musulmán actual y de hoy, quiere cambiar para mejorar su calidad de vida integral, esa calidad de vida que anhelan las generaciones jóvenes en una sociedad pluralista de ideas razonadas en el crisol del debate político sin el menosprecio de ninguna, independientemente de que el Corán los incite, por ejemplo de muchos items, a que la mujer musulmana en la actualidad deba vestirse con Burka para salir a la calle. Ahora, son ellos y solo ellos los que deben buscar sus salidas,sus resoluciones y por ende, sus destinos; sin mediar por intereses económicos y de poder las potencias extranjeras. Al amigo Aquíles Castro, si, es políticamente correcto tu parcialidad por el régimen al cual le debes seguimiento (a estas alturas en que van 12 años de conveniente e irrenunciable poder, por supuesto que es correcto)lo que si me parece absurdo es el fanatismo (interpretado en este caso por un criterio violento de imposición de ideas) en defensa de los ideales que desvirtúa el gobierno y, cuando de alguna manera, pueda surgir cualquier opinión presumiblemente opositora a los intereses de un socialismo original para el siglo XXI. No, Aquíles no, no es así como se aborda un tema, el que sea, con la intención mal sana de ofender e imponer tus ideas políticas en lo que captas el más mínimo detalle “opositor” al régimen. Analizas cada detalle en función de la búsqueda de confrontación y conflicto obligado contra opiniones que ni remotamente están pendientes de estar defendiendo el imperialismo mesmo. Hay que ser más universales, objetivos y con amplitud de ideas y ver lo que sucede en el mundo sin intereses políticos personalistas o parcializados. No Aquíles no, estas equivocado vale, que me interesa a mi eso que tu llamas “imperio” o intereses colonialistas de EEUU, o Gran Bretaña o de Francia o que se yo, las realidades del desarrollo histórico de los pueblos no te deben afectar para defender lo indefendible en situaciones comunes de la vida diaria como, por ejemplo, esta columna de opinión. Habíase visto. Sinceramente Aquíles, porque llegamos a tanto? Qué pasa pana? Tu no eras así hace trece años, tu discutías las cosas pero te no enemistabas a muerte con tu prójimo, eras más, como diría yo, más condescendiente sin dejar de ser crítico y claro en tus posiciones, es más chico, eras más respetuoso del ideal del otro aunque estuviese equivocado, pero hoy en día…

Gustavo Gil
30 de marzo, 2011

“Queremos democracia. Queremos buenas escuelas, queremos libertad de expresión, darle fin a la corrupción, un sector privado que pueda ayudar a construir esta nación, y un parlamento para deshacerse de quien sea, cuando lo queramos”, parece un discurso del futuro líder opositor al presidente venezolano Hugo Chávez, en 2012

fabricio
31 de marzo, 2011

Yo les pregunto a los comentaristas ¿En que sentido sienten que tienen coartada la libertad de expresión en Venezuela? ¿Acaso ustedes no tienen programas de televisión, canales diarios, sitios de internet, radios, etc. en donde se hable negativamente del gobierno o de la figura de Chavez? ¿O es que les molesta que el presidente Chavez sea un excelente orador? Mas allá de que no se comparta la ideología, o su forma de gobierno, no entiendo porque se empecinan en decir que no existe libertad de expresión en un país en donde el deporte favorito es pegarle (correctamente o incorrectamente, no importa) al presidente. Me parece perfecto que así sea, pero no entiendo por que la insistencia en ese punto. El disenso es parte del juego democrático, tambien lo es perder o ganar elecciones. Chavez no ha anulado ninguna de las elecciones que perdió. Me parece que en lugar de insistir en el punto de la ¿inexistencia? de libertad de expresión, deberían construir una alternativa política que tenga una fundamento mas serio.

Joaquín
31 de marzo, 2011

Yo no entiendo por qué en estos foros es tan difícil mantenerse dentro de la argumentación al tema propuesto por el artículo. En ese sentido, no entiendo a qué viene la mención Hugo Rafael ni Venezuela en este foro, que no tiene nada que hacer con Libia. En relación a las fuerzas insurgentes Libias y el panorama expresado por el Sr. Anderson en su artículo, parece claro que los rebeldes son un grupo de gente de extracción variopinta, que está cansada de llevar una vida controlada y abusada por el excéntrico Gadafi (dios, dueño y señor de todas las tribus beduinas)y que, sencillamente quieren abrirse al mundo; esto me parece lógico. Sin embargo, por lo que dice Anderson y, además, por lo que uno recoje en noticieros y periódicos en relación a ese tema, pareciera que la falta de unidad, proyectos de sustitución y la falta de medios de lucha(ahora con la ayuda de los poderes colonialistas alcahuetas, que nos han probado de sobra que, lo que realmente quieren, es el jugo negro del subsuelo), este movimiento insurgente no tiene mucha facha de que prosperará de manera cabal. ¿Por cuanto tiempo los alcahuetas poderosos seguirán bombardeando, antes de que se pueda establecer algún plan para buscar una solución al conflicto?; lo cual posiblemente le dé un respiro al dictador. Ojalá que no sea así.

Saida
1 de abril, 2011

LO más objetivo es decir que en Venezuela existe una “relativa” libertad de expresión, porque si bien escierto que existen canales de radio y televisión independientes en los que se pueden hacer críticas al gobierno (ojo: no son la mayoría, ni con mucho. esa es una gran mentira oficial. Los medios de comunicación chavistas, sobretodo en el interior del país, superran en mucho a los independienytes. Además Chavez hace cadenas nacionales a vada rato, a veces dos y tres al di): Pregunto: 1. ¿Es libertad de expresión un gobierno que obliga a los canales nacionales a trnasmitir cadanas nacionales a cada rato, en su gran mayoría para hacer proselitismo político. 2. La Constitución prohibe utilizar los recursos y canales del Estado para hacer proselitismo político en favor de cualquier parcialidad. Eso es desconocido permanentemente por el régimen chavista. 2. ¿Es libertad de expresión y pensamiento el que para trabajar en un ministerio u obtener cualquier contrato del estado tienes que ser chavista. Y ojo: te buscan en una lista EN TU CARA. 3. Es libertad de expresión el haber aprobado una ley que penaliza con multas enormes y a un canal o aun programa si un entrevistado emite opiniones que el gobierno considere “conspiradoras”. Resulta que el UNICO canal verdaderamente crítico que se llama Globovisión tiene ya varias multas millonarias y procedimientos administrativos totalmente injustificados. Además le confiscaron sus equipos móviles de trnasmisión. 4. Es libertad de expresión que los periodistas de los medios independientes no tienen acceso ni a la Asamblea Nacionales ni a cubrir los eventos oficiales? Est también está prohibido por la Constitución y sucede diariamente. 5. Cerraron un canal de televisión y muchas radioemisoras independientes sin razones válidas. Simplemente por ser criticas o neutrales al gobierno. Esto es noticia pública y puede comprobarlo cualquiera si lee la prensa del país. 6. Existen numerosísmas denuncias ante las organizaciones internacionales de derechos humanos por agresiones a periodistas de emisoras independientes que cubren eventos, instigados por los discursos oficiales, ya sea del mismo Chavez o sus ministros, y los agresores a pesar de ser identificados quedan en completa i mponidad. El régimen chavista ha sido condenado en repetidas oportunidades por la Comisión Interamericana de derechos humanos y la ONU por estas agresiones. 7. Varios lideres opositores han sido presos por emitir opiniones contrarias al régimen (caso Osvaldo A. paz, caso Luson, etc.). 8. La ley de medios penaliza a todo aquel que hable mal de un funcionario público (ya existe, como es lo normal, una ley en el código penal en la cual usted puede demandar si alguien comete una difamación) y es un funcionario chavista o un comite el que decide si usted cometio delito.

Si a esto se le llama “libertad de expresión” en un país, entonces yo soy una zarugüella. Y eso para no hablar de que todos los poderes públicos están descaradamente sometidos a l la arbitraria voluntad de un Caudillo, que por esa raazón hace lo que le da la gana con los fondos públicos sin ningun tipo de control.

Les gustaria unas perlitas así en España? Lo que pasa es que el régimen chavista gana muuuuucho dinero de todos los venezolanos en películas, canales de televisión, misiones diplomáticas, compra de gobiernos a través de los recursos petroleros y manipula la opinión interncional. De los que se dejan manipular, por supuesto. Porque cada dia todo está más claro

sansoni2020
2 de abril, 2011

El panorama de los enfrentamientos en Libia, actualmente cae en el “estira y encoge” debido quizás a la falta de preparación para el momento crítico, es decir para los combates en cualquiera de sus presentaciones incluyendo al del desgaste psicológico que es una forma la cual tiene ventaja en manos de Gadafi. Esta falta de condiciones previas las sitúo en el bando que desea la liberación del yugo de la administración libia, porque no es solo Gadafi sino todo su cerebro y músculo de hombres leales. Los jóvenes empezaron la revuelta, se sumaron de a pocos en pocos otros niveles clasistas de la sociedad, así hasta que, en el fragor de las pasiones libertarias y en los ejemplos del pueblo egipcio, se enciende una mecha que haría estallar un arsenal incierto, puesto que no se midieron con antelación las posibles respuestas del gobierno y su poderío basado en especialistas muy conocedores de como se difunde un régimen de terror para perpetuar la dictadura. Otro tanto en contra de los opositores de Gadafi es la migración de su pueblo hastiado de la muerte por la violencia y el hambre, nada criticable puesto que mujeres, niños, enfermos y ancianos deben estar exentos de estas batallas, pero en estos huyen también los hombres irresponsables y poco comprometidos con la realidad intrínseca. Total, que Libia le espera, como están las cosas, un largo camino de penurias y, agazapada en la historia, como buitres carroñeros, las grandes potencias esperando con sus dádivas de misiles liberadores que todo tome un cauce de normalidad para tomar el botín llamado quizás muy acertadamente: El excremento del diablo. Ahora dirigiéndome a mi amiga SAIDA, tu exposición sobre como ha violado y mancillado la libertad de expresión en Venezuela H.R.CH.F. es sumamente apegada a la verdad verdadera. Te lo menciono porque hace miles de años atrás en el planeta Marte la libertad de expresión no era combatida sino que era completamente diseccionada por el IMPERIO, así mismo como lo estas leyendo, H.R.CH.F hace referencia a esta situación, hace algunos días, porque no le conviene (como siempre) que se le culpe en el futuro, aquí, que él es el responsable de toda la información maliciosamente tergiversada y acomodaticia que llevó a la postre a la destrucción de la vida en Marte. Si SAIDA, el era el jefe del IMPERIO marciano, esa es una de las verdades más grandes del sistema solar. Claro, el se apoderó del mando marciano tal cual como,lo hizo aquí, haciéndose el paisa, tanto en la cárcel del fuerte del Monte Olimpo donde fue a parar cuando intentó tomar el mando marciano con una asonada escueta y mediocre en el polo norte… esta historia continuará.

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