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¿Coma menos y viva más?

John Apollos está perdiendo peso. Muchísimo peso. Como voluntario en el Estudio de Evaluación Integral sobre los Efectos a Largo Plazo del Consumo Reducido de Energía (CALERIE) realizado en la Universidad de Tufts, Boston, y que tendrá una duración de dos años, Apollo ha disminuido su consumo diario de calorías en un 25% durante los últimos ocho meses. La grasa, no es sorprendente, se ha derretido; y desde que el estudio comenzó, el entrenador de 52 años ha perdido más de 25 libras (11 Kilogramos), hasta alcanzar el peso que tenía en la escuela secundaria.

Pero esa no es la verdadera razón por la cual Apollo y los otros participantes del programa se encuentran comiendo sólo tres cuartos de lo que solían comer. Los investigadores que llevan adelante el estudio multicentro CALERIE, están tratando de determinar si restringir el consumo de alimentos puede disminuir el proceso de envejecimiento o extender la duración de la vida . “Me siento mejor, más ligero y más joven ,” Apollos. “Pero si esto pudiese ayudarte a vivir más, eso sería bastante asombroso.”

La idea es contra intuitiva: Si comemos para vivir, ¿cómo sería posible que pasar hambre sume años a nuestras vidas? Aún décadas de estudios sobre restricciones calóricas en los cuáles han participado desde levaduras microscópicas hasta ratas, han demostrado sólo eso, que el período de vida de los que casi mueren de hambre puede extenderse hasta un máximo de 50%. En julio pasado un estudio a largo plazo, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Wisconsin, recordó las implicaciones de este tema acercándose un poco más a nuestra especie, encontrando que la restricción de calorías parecía extender también la vida de los monos Rhesus, similares a los humanos. Los primates hambrientos padecieron de diabetes, enfermedades cerebrales y cardíacas, además del cáncer, con mucha menos frecuencia que sus bien alimentados homólogos.”

NM/Fuente: Time.com