Economía y negocios

El bono: esa poderosa ilusión

Osío Cabrices reseña "De bonos y bonistas", el segundo capítulo del libro El triunfo del dinero, de Niall Ferguson

Por Rafael Osío Cabrices | 1 de junio, 2010

En el segundo capítulo de El triunfo del dinero, “De bonos y bonistas”, Niall Ferguson explica, con claridad que se agradece, qué es un bono, cómo funciona su rendimiento y cómo contribuye a determinar tasas de interés y precios inmobiliarios en toda la economía, además de presionar a los gobiernos con su poder como indicador de una situación nacional.

“Tras la creación del crédito por parte de los bancos”, dice Ferguson, “el nacimiento del bono fue la segunda gran revolución en la historia del dinero. Los gobiernos (y las grandes empresas) emiten bonos como una manera de tomar dinero prestado de un abanico de personas e instituciones más amplio que en el caso de que acudieran únicamente a los bancos”.

Su historia también nace en el Renacimiento, como un recurso de las burguesías para financiar sus guerras; de ahí surge el vínculo con la política que aún se mantiene. En este tema en apariencia árido hay historias fascinantes, como la del famoso barón de Rotschild, que desmiente la leyenda según la cual el banquero Nathan, el fundador de la estirpe, se enriqueció apostando sobre los resultados de la batalla de Waterloo.

Los cuentos interesantísimos sobre bonos, guerras y política se extienden a América Latina, que aprendió rápido el arte del default, ya con una gran crisis de la deuda antes de 1830. Ferguson también menciona el bloqueo contra Venezuela en 1902. El caso de la Segunda Guerra Mundial explica la relación de estos instrumentos con la hiperinflación, que siempre tiene causas políticas. Y su relato sobre la decadencia económica argentina muestra cómo descapitalizar un país.

“Todos, nos guste o no”, advierte el historiador y profesor de Harvard, “y la mayoría de nosotros ni siquiera lo sabemos, nos vemos afectados por el mercado de bonos en dos importantes aspectos. En primer lugar, una gran parte del dinero que ahorramos para nuestra vejez acaba siendo invertido en el mercado de bonos. En segundo término, debido a su enorme tamaño, y a que se considera que los grandes gobiernos son los prestatarios más fiables, es el mercado de bonos el que establece los tipos de interés a largo plazo para la economía en su conjunto. Cuando los precios de los bonos caen, los tipos de interés se disparan, con dolorosas consecuencias para todos los prestatarios”.

Niall Ferguson despeja en este capítulo la niebla que sobre la idea del bono suele hacer rebotar a los consumidores de noticias con poco conocimiento económico, cuando explica cómo funcionan y cómo afectan su entorno (o el del mundo entero). Pero no conforme con eso, recoge del pasado unas apasionantes anécdotas sobre la manera en que este trascendente invento financiero ha influido en la geopolítica del planeta. Muchas otras revelaciones como ésta vendrán en los cuatro capítulos restantes y en el epílogo de El triunfo del dinero.

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Lea la reseña del primer capítulo de El triunfo del dinero: La invención del dinero

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Para la discusión:

Imposible no pensar en las resonancias que tiene para el momento económico venezolano este capítulo sobre los bonos. Nuestro actual enredo cambiario está directamente emparentado con el uso que el gobierno venezolano le ha dado a estos instrumentos. ¿Cree el lector que en la Venezuela del presente es posible enriquecer la utilización de los bonos, racionalizarla y hacerla provechosa para toda la sociedad? Las amenazas sobre las casas de bolsa, el canal natural para negociar con bonos, saltan también a la memoria ante este tema. ¿Cómo considera el lector que las casas de bolsa pueden contribuir a la democratización del capital y a la extensión de una cultural del ahorro y la inversión?

Rafael Osío Cabrices 

Comentarios (1)

Ramón Pirela
1 de junio, 2010

1-¿Cree el lector que en la Venezuela del presente es posible enriquecer la utilización de los bonos, racionalizarla y hacerla provechosa para toda la sociedad?

En primer lugar, el proceso ha sido muy discrecional, por lo cual, los que han tenido información de primera mano son los que han sacado ventaja, fundamentalmente el propio Gobierno. En segundo lugar, las disposiciones o requisitos no han sido claros y apresurados, que sumado a la discrecionalidad, han sembrado una gran desconfianza en la demanda de los bonos y, por supuesto, en la economía general. En tercer lugar, hay una gran incertidumbre en el rendimiento y en la recuperación de la inversión de los bonos. En cuarto lugar, y como consecuencia de las tres anteriores, el público tuvo muy baja participación, quedando el beneficio en un grupo privilegiado.

2- ¿Cómo considera el lector que las casas de bolsa pueden contribuir a la democratización del capital y a la extensión de una cultural del ahorro y la inversión?

La oferta y la demanda es el mecanismo para que haya democracia. En la bolsa se acuerdan los precios y las casas de bolsa son los operarios de los inversionistas bursátiles de la sociedad civil, a través de los cuales canalizan el rendimiento de sus ahorros. A través de esos medios, instrumentos financieros y el mecanismo de ofertar y demandar valores, pública, abierta y libremente, es la manera más idónea que existe para democratizar el capital. No se puede esperar que eso suceda con la intervención del Estado porque éste es el árbitro de todas las interacciones sociales, y las personas que lo administran aprovechan la condición de poder que ostentan para sustraer beneficios a la sociedad.

Al margen.

A menos que el capitulo 2 sea la introducción al los cuatro capítulos siguientes, la presente reseña quedó muy escueta. Dejó muchas lagunas: ¿el banquero Nathan aprovecho el bajo precio de los bonos, debido a la desconfianza que sembró Napoleón, sin embargo él pensó que no lograría conquistar Europa? Y después de Waterloo subieron de precio? ¿Qué aprendió AL en 1830 con el arte del Default? ¿Cuál fue la relación de los bonos con el bloqueo de Venezuela en 1902? Supongo que durante y algunos años después de la Segunda Guerra Mundial, hubo una inflación alta debido al déficit fiscal de los gobiernos y esto afectó el precio de los bonos y los intereses ¿Aumentaron? ¿Bajaron? ¿A qué época se refiere la decadencia económica de Argentina y cuál fue la relación con los bonos? Por lo tanto, la respuesta que se dé a las dos preguntas se deriva de la experiencia personal, sin que la reseña haya servido para mejorar la apreciación de lo que se quiere discutir.

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