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El poeta Rafael Cadenas ganó hoy el Premio de Literatura en Lenguas Romances 2009 que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) (ver noticia). Desde Prodavinci le enviamos nuestras felicitaciones. A continuación reproducimos unos aforismos de su autoría leídos por él en el más reciente acto de graduación de la Fundación Valle de San Francisco y que gentilmente cedió a Prodavinci para su publicación.
Por Rafael Cadenas
Los de veras vivientes no hacen la revolución, la revolución son ellos.
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Lástima que las letras de la palabra enemigo no la ahoguen.
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Usa un lenguaje bélico, seguramente para darse ánimo.
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La enfermedad infantil del comunismo es el comunismo.
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Cuando el hombre nuevo no tiene ya la obligación de desempeñar ese papel tan incómodo, vuelve a ser el de antes, el de hace miles de años.
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Toda creencia es un confinamiento.
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Los historiadores, a veces sin darse mucha cuenta, se asemejan a los psiquiatras: su materia de estudio es la locura humana.
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Yo soy mi único señor, dice no muy cristianamente Sancho, con quien se ha sido injusto pues él es el hombre de la realidad corriente, que no es tan poco corriente, el que se la muestra al caballero que vive en el aire.
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Textos leídos por Rafael Cadenas en el Acto de Fin de Curso de la Fundación del Valle de San Francisco, el 10 de octubre de 2008.
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31 de agosto, 2009
La relación del poeta con lo aforístico tiene vieja data. Su poesía ha pasado del deslumbramiento a lo reflexivo. Para sus lectores y amigos es motivo de orgullo este premio tan merecido. Rulfo era un escritor discreto, severo con la palabra, igual que Cadenas. Por eso creo que es doblemente justo que se le otorgue este premio, que llevó el nombre del escritor mexicano durante años. Ese generoso país reconoce, como lo hizo con Montejo, lo que acá le niega el Estado a los poetas disidentes. Perdonen la redundancia: el poeta siempre es disidente.