Por Rafael Osío Cabrices
En 2005, cuando creció la tensión entre Venezuela y Colombia a partir de la detención en territorio venezolano del “canciller de las FARC” Rodrigo Granda, surgió la idea de hacer un libro de entrevistas a personalidades de ambos países, que han desarrollado una relación profesional o emotiva con la otra nación a lo largo de sus vidas. El propósito era hacer ver que, más allá de las coyunturas políticas y económicas, de los choques diplomáticos y de los perniciosos efectos del conflicto armado y los problemas de seguridad y criminalidad, Colombia y Venezuela sostenían unos vínculos que trascendían a Chávez y a Uribe, a los irregulares, a la balanza comercial o a las relaciones con EEUU. Desde entonces, los conflictos binacionales no han hecho sino profundizarse, pese a los breves momentos de distensión. Estas conversaciones, nunca antes publicadas, hablan de esas raíces comunes que bajo el suelo con frecuencia en llamas de la frontera mantienen unidos, quiéranlo o no, a nuestros dos países.