Perspectivas

La crisis se cobra sus primeras víctimas políticas

Por Luis Esteban G. Manrique | 14 de julio, 2009

Rosa Náutica

Por Luis Esteban G. Manrique

El célebre -y cínico- comentario de Giulio Andreotti de que el poder desgasta a quienes no lo tienen, suele ser cierto en tiempos de bonanza. Pero las crisis económicas son invariablemente corrosivas para los gobiernos, sea cual sea su signo político o la popularidad de sus gobernantes.

El presidente mexicano, Felipe Calderón, y la presidenta argentina, Cristina Fernández, pueden dar fe de ello tras haber sufrido sendas derrotas en las elecciones legislativas de mitad de periodo, lo que hará que la segunda mitad de sus mandatos se vayan hacer muy cuesta arriba.

En ambos países han concurrido condiciones internas específicas, pero el factor decisivo común de su derrota ha sido la recesión, que ha magnificado los errores y opacado los aciertos de sus gobiernos, beneficiando a una oposición que ahora tiene despejado el camino de regreso al poder en las próximas elecciones generales, en 2012 en México y en 2011 en Argentina.

En ese último país, la caída de casi el 2% de la economía argentina que se espera para este año, después de varios años de crecimiento a tasas de 9%, arruinó la jugada de los Kirchner de adelantar las elecciones legislativas de mitad de periodo en cuatro meses. La oposición, aunque desunida, tendrá ahora una influencia decisiva en ambas cámaras del Congreso.

La victoria más relevante el 28 de junio fue en la provincia de Buenos Aires (38% del electorado), donde el ex presidente Néstor Kirchner fue vencido por estrecho margen por Francisco de Narváez y la centro-derecha Unión-Pro, lo que simboliza el fin de una era, la del kirchnerismo, inaugurada tras la debacle de la convertibilidad entre el peso y el dólar en los años noventa.

Al principio, las medidas económicas del izquierdismo peronista de los Kirchner tuvo un relativo éxito: el gasto público se quintuplicó, pero se financió con altos impuestos, emisión monetaria inflacionaria, la confiscación de los fondos de pensiones privados y elevados impuestos a la exportaciones, que hoy representan un 15% de los ingresos del sector público. Mientras la inflación oficial ronda el 10%, las estimaciones privadas la sitúan cerca del 30%.

Así las cosas, Kirchner ya no es más un candidato creíble para 2011, luego de perder por 34,5% a 32% ante De Narváez. El gobernante Frente para la Victoria y sus aliados aún serán el bloque más grande en el Congreso, pero sólo obtuvo el 30% del voto nacional, frente al 45% de Cristina Fernández en las presidenciales de 2007, por lo que ahora la presidenta va a tener que ir al Parlamento a negociar, cosa que ahora no hace. Y los gobernadores y legisladores de su propio partido ya no responderán a sus órdenes como lo hacían antes.

En Argentina se decidía la renovación de la mitad de los 257 escaños de la cámara de Diputados y de un tercio de los 72 del Senado, además de las legislaturas provinciales y municipales. El Acuerdo Cívico, que incluye la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista y la Coalición Cívica, obtuvo el 29,5% del voto nacional; y la alianza Unión-Pro entre disidentes peronistas y Propuesta Republicana (Pro), del alcalde la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, obtuvo el 18,5%.

El gobierno sufrió derrotas en los cinco principales distritos electorales: Buenos Aires (donde llegó segundo); Capital Federal (cuarto); Santa Fe (tercero); Córdoba (tercero) y Mendoza (segundo). Incluso fue derrotado y quedó en segundo lugar en Santa Cruz, la provincia natal de Kirchner. El manejo del gobierno de la larga disputa con las organizaciones rurales ha dañado seriamente su apoyo en las provincias rurales como Santa Fe. La producción agrícola ha caído un 14% año a año debido a la sequía.

A la clase media pudo no haberle importado el estilo autoritario y polarizador que ha caracterizado al kirchnerismo mientras la economía iba bien, pero no en momentos de declive y crisis sanitarias por la incidencia de las epidemias del dengue y la gripe A. Los claros ganadores, además de De Narváez, son Macri y Carlos Reutemann, un peronista anti-kirchnerista; y Julio Cobos, el vicepresidente, todos ellos obvios candidatos presidenciales para 2011.

En México, las elecciones legislativas de mitad de periodo del 5 de julio han supuesto también un serio revés para el gobernante Partido Acción Nacional (PAN, con el 27,5% del voto nacional) y un indudable éxito del Partido Revolucionario Institucional (PRI, 36%), que ha pasado de ser el tercer partido en el Congreso a convertirse en el primero (240 escaños de un total de 500, frente a los 105 anteriores), además de ganar cinco de las seis gobernaciones que estaban en juego.

La popularidad de Calderón sigue siendo alta pero los comicios se convirtieron en un plebiscito sobre la situación económica. Y con una caída prevista para este año del 8%, el veredicto no podía ser otra cosa que negativo. Según el Banco Mundial, para 2011 el PIB per cápita será un 1,2% menor que en 2006, cuando Calderón asumió la presidencia.

En lo que va de año, la producción petrolera (5% del PIB), ha caído un 6,8%, lo que hace que ya no sea inverosímil que hacia 2015 el país tenga que importar petróleo. A pesar de que la deuda pública equivales al 30% del PIB, el gobierno tiene poco margen para políticas de estímulo fiscal debido a su reducida capacidad de generar ingresos. Los impuestos federales apenas representan el 10% del PIB.

Las exportaciones (20% del PIB) han caído un 36% en el último año debido a la recesión en EEUU, mientras que sus multinacionales han recortado sus inversiones en el país y acelerado la repatriación de capitales, lo que ha contribuido a depreciar el peso y secado la liquidez de los mercados de capitales. Por si fuera poco, los ingresos por turismo han bajado un 30% por la epidemia de gripe A y las remesas de los inmigrantes un 18,7%, hasta abril, la mayor caída registrada hasta ahora. Un 20% de los mexicanos recibe esos envíos.

Pero ahora las reformas fiscales necesarias parecen más improbables que nunca, lo que podría llevar a la rebaja de la calificación crediticia del país, lo que encarecerá el pago de la deuda pública. La crisis parece haber sido diseñada para perjudicar a México.

Luis Esteban G. Manrique 

Comentarios (1)

Laura López C
15 de julio, 2009

El gasto público se quintiplicó en Argentina? Eso es en términos reales? Suena muy alto. Por demás, las crisis políticas son un poco ambiguas en cuanto a su efecto en la popularidad de los presidentes. Habrá que ver que pasa en el resto de los países.

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