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De padres analógicos a hijos digitales

Cinco horas y 18 minutos -en promedio- es el tiempo que pasan cada día los niños británicos viendo televisión, jugando en la computadora o conectados a Internet. Esta cifra anualmente equivale a 2000 horas, lo que en comparación con las 900 horas de clases colegiales, resulta realmente impresionante, según destaca un nuevo libro titulado “How big business targets young consumers aggressively though new media”, que reseñara el diario The Times recientemente.

La razón de este cambio generacional lo estudia a fondo un papel de trabajo elaborado en la Universidad de California, Berkeley llamado “Living and Learning with new media”. Los autores encontraron que las redes sociales y sitios de videos compartidos; así como los juegos on-line y equipos como Ipods y celulares son parte de la nueva cultura. El estudio señala que la juventud vive en una nueva era y está luchando por obtener autonomía e identidad a través de nuevos mundos para establecer comunicaciones, relaciones, jugar, e incluso expresarse.

Se indica que la juventud está utilizando los nuevos medios para aprender de sus coetáneos, más que de sus maestros y padres. Sin embargo, no subestima la influencia que los adultos tienen en el establecimiento de metas y en los modelos de roles, tan importantes para la sana psicología de los menores.
Esta realidad -proponen- debe conducir a que los modelos educativos se adapten rápidamente a los medios digitales. Se necesita un cambio de paradigma que no sólo prepare a los más jóvenes para una carrera profesional o para obtener un trabajo, sino que también se tome en cuenta la necesidad de guiar a los jóvenes en esta nueva vía de participación en la vida pública.

Recientemente The Punch -un periódico nigeriano- hizo una encuesta entre niños y les preguntaron cómo se percibían y cómo percibían a sus padres. La mayoría se calificaron ellos mismos como digitales y a sus progenitores como analógicos. Las conclusiones de la encuesta destacan la necesidad de que los mayores no sólo se preocupen por los contenidos peligrosos, sino que también se tome conciencia de que los nuevos medios son componentes esenciales de lo que se está comenzando a llamar nueva alfabetización; y en la que el enriquecimiento de los curricula escolares son clave.